NOS SALUDAMOS
Egun
On!
Te
deseo muchas fuerzas para el resto de la semana.
NOS SERENAMOS
Para empezar este día de hoy de una manera más receptiva, primero, te invito a tomar
conciencia de la vida que está dentro de ti.
Para ello, buscamos una postura cómoda en la que
seamos conscientes de nuestro cuerpo. Sentimos el peso de nuestro cuerpo en la
silla. Observo todo el mecanismo incontrolado de las distintas partes de mi cuerpo.
Si tengo un dolor o un pensamiento molesto, los localizo con la
atención.
Cerramos los ojos y vamos a observar nuestra
respiración, sin forzarla. Observamos como el aire entra y sale en un proceso
natural en el que Dios nos acompaña.
Ahora voy a respirar más profundamente tres veces
y a cada exhalación voy expulsando las molestias.
NOS PREPARAMOS PARA LA ORACIÓN
Teniendo muy presente nuestro lema: «Es tiempo de
salir» y con el deseo de llevarlo a la práctica a través de pequeños gestos,
comenzamos haciendo despacio la señal de la cruz.
En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. En
el nom del Pare i del Fill i de l'Esperit Sant . Amén. No
nome do Pai e do Fillo e do Espírito Santo. Amén. In the name of the Father and of the Son and of the Holy
Spirit. Amen. Au Nom du Père et du Fils et
du Saint-Esprit. Amen.
DIOS NOS DICE...
“Así que no
temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te
fortaleceré y te ayudaré”.
Isaías 41, 10
HOY REZAMOS CON UN VÍDEO
https://www.youtube.com/watch?v=hNWU_GLtvLI
REFLEXIONAMOS
“Dile a tu
corazón que el miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento. Y que ningún
corazón jamás sufrió cuando se va en busca de sus sueños, porque cada segundo
de la búsqueda es un segundo encuentro con Dios y con la eternidad.”
Paulo
Coelho.
¿Cómo
te sientes hoy?
A
pesar de las dificultades, ¿Qué expectativas tienes para mañana?
¿Qué
estrategias utilizas para enfrentarte a tus miedos?
REZAMOS JUNTOS
San Antonio, glorioso siervo de Dios,
famoso por tus méritos y potentes milagros,
ayúdanos a encontrar las cosas perdidas:
danos tu ayuda en la prueba e ilumina nuestra mente
en la búsqueda de la voluntad de Dios.
Ayúdanos a encontrar de nuevo la vida de la gracia
que destruyó nuestro pecado y
condúcenos a la posesión de la gloria que nos prometió el Salvador,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
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