VIERNES
NOS SALUDAMOS
¡Buenos días! Comenzamos nuestra jornada con un momento de serenidad, para mirarnos por dentro y poner lo que vamos a vivir en manos de Dios.
NOS SERENAMOS
Nos ponemos en manos del Padre. Siéntate en una postura cómoda.
Haz tres respiraciones profundas.
Y hacemos despacio la señal de la cruz, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo…
DIOS NOS DICE…
Del Evangelio de Juan
Al día siguiente estaba Juan con dos de sus discípulos.
Viendo pasar a Jesús, dijo:
—Ahí está el Cordero de Dios. Los discípulos, al oírlo hablar así siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les dijo:
—¿Qué buscáis?
Respondieron:
—Rabí –que significa maestro–, ¿dónde vives? Les dijo:
—Venid y ved.
Fueron, pues, vieron dónde residía y se quedaron con él aquel día. Eran las cuatro de la tarde. Uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús era Andrés, hermano de Simón Pedro. Encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
—Hemos encontrado al Mesías –que traducido significa Cristo–. Y lo condujo a Jesús.
Jesús lo miró y dijo:
—Tú eres Simón, hijo de Juan; te llamarás Cefas–que significa Pedro–. Al día siguiente Jesús se disponía marchar a Galilea, cuando encuentra a Felipe y le dice:
—Sígueme. Felipe era de Betsaida, patria de Andrés y Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice:
—Hemos encontrado al que describen Moisés en la ley y los profetas: Jesús, hijo de José, natural de Nazaret. Responde Natanael:
—¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?
Le dice Felipe:
—Ven y verás.
ORACIÓN
En este nuevo día nos presentamos ante el Señor con el corazón abierto y los oídos atentos a su llamada. Así como un día llamó a Andrés, Juan y Pedro, nos sigue llamando hoy a cada uno de nosotros.
A veces, es inevitable tener miedo de no saber cuál es nuestro camino o de no sentirnos preparados para seguir los planes que Dios tiene para nosotros. Pero en la Palabra que acabamos de escuchar, podemos encontrar una respuesta sencilla: "Ven y verás". Nos invitas a confiar en Él, a dar el primer paso y a descubrir cada día el propósito que tienes para cada uno.
Le pedimos en esta mañana, la ayuda para estar atentos a su voz, a reconocer en las pequeñas cosas y en las personas que nos rodean las señales de su amor. Que podamos responder con valentía y alegría a la llamada que nos hace, sabiendo que sólo en Él encontramos la verdadera felicidad.
Que este día sea una oportunidad para caminar, para crecer y para compartir su luz con los demás.
REZAMOS JUNTOS UN PADRENUESTRO
Madre Divina Pastora… Ruega por nosotros.
San José de Calasanz, San Faustino y Beata Madre Victoria… Rogad por nosotros.
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