VIERNES 25 DE ABRIL: rezamos con el Evangelio del Domingo.

 NOS SALUDAMOS

¡Buenos días! Comenzamos este día con un momento de serenidad para mirarnos por dentro y poner lo que vamos a vivir en manos de Dios.

NOS SERENAMOS

·      Siéntate cómodamente, con la espalda recta pero relajada. Cierra los ojos o fija la mirada en un punto. Respira profundamente… Inhala por la nariz contando hasta cuatro… retén un momento… y exhala suavemente por la boca.

·      Siente cómo tu cuerpo se apoya en la silla o en el suelo. Relaja los hombros, suelta la mandíbula, deja que las manos descansen.

·      Imagina un suave rayo de luz que entra en tu corazón… Es cálido, tranquilo, lleno de amor. Poco a poco, esa luz se expande, llenando todo tu ser de paz.

·      Mientras respiras, siente la presencia de Dios que te acompaña en este nuevo día. En silencio, repite en tu interior: Señor, aquí estoy, camina conmigo hoy.

·      Respira hondo una vez más… Mueve suavemente los dedos de las manos y los pies… y, cuando estés listo, abre los ojos. Que este momento de paz nos ayude a comenzar el día con serenidad.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. En el nom del Pare i del Fil i de l'Esperit Sant. Amén. No nome do Pais e do Fillo e do Espírito Santo. Amén. In the name of the Father and of the Son and of the Holy Spirit. Amen. Au Nom du Père et du Fils et du Saint-Esprit. Amen


HOY JESÚS NOS DICE

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».


Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».


Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».


Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».


A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».

Contestó Tomás: «Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto». (Jn.20, 19-31)


PALABRA DE DIOS.


REFLEXIONAMOS:

Los amigos de Jesús estaban asustados y con las puertas cerradas… pero Jesús entró igual y les dijo: “Paz a vosotros”. No les pidió explicaciones, solo les dio paz y alegría.


A veces también nosotros tenemos miedo o dudas, como Tomás. Pero Jesús no se aleja por eso. Él se acerca, nos entiende, y nos invita a creer.


Y aunque no lo veamos con los ojos, podemos sentir su amor si abrimos el corazón.

“Bienaventurados los que creen sin haber visto”… ¡eso somos nosotros!


REZAMOS JUNTOS

Rezamos juntos la Consagración a la Divina Pastora:

Divina Pastora, Madre mía, 

yo hija/o tuya/o me ofrezco a ti 

y te consagro para siempre 

todo lo que me queda de vida. 

Mi cuerpo con todas sus miserias, 

mi alma con todas sus flaquezas, 

mi corazón con todos sus afectos y deseos. 

Todas mis oraciones, trabajos, amores, 

sufrimientos y combates; 

en especial mi muerte con todo lo que le acompañe, 

mis últimos dolores y mi última agonía. 

Madre, acuérdate de esta/e tu hija/o 

y de la consagración que te hace. 

Y si yo, vencida/o por el desaliento y la tristeza, 

llegara alguna vez a olvidarme de ti, 

te pido por el amor que tienes a Jesús 

me protejas como hija/o tuya/o 

hasta que esté contigo en el cielo. 

Amén.

NOS DESPEDIMOS

Madre Divina Pastora, ruega por nosotros. Mare Divina Pastora, prega per nosaltres. Nai Divina Pastora, roga por nós. Mother Divine Shepherdess, pray for us. Mère Divine Bergère, priez pour nous.


San José de Calasanz, San Faustino Míguez y beata Victoria Valverde, rogad por nosotros. Sant Josep de Calasanz, San Faustino Míguez i beata Victòria Valverde, pregueu per nosaltres. San Xosé de Calasanz, San Faustino Míguez e beata Victoria Valverde, rogade por nós. Saint Joseph Calasanz, Saint Faustino Míguez and Blessed Victoria Valverde, pray for us. Saint Joseph de Calasanz, Saint Faustino Míguez et Bénis Victoria, priez pour nous.

Comentarios